La terapia con perros busca aprovechar valores terapéuticos que pueden aportar las mascotas, para la mejora del bienestar, la sociabilidad y la calidad de vida de las personas mayores. Hay estudios de expertos en geriatría y gerontología que indican que los animales, convenientemente amaestrados y entrenados, reportan a los mayores beneficios en el ámbito físico, psíquico y social. “En el terreno emocional, son una fuente de alegría y de estímulo de la afectividad, ya que proporcionan compañía a los residentes cuando comparten con ellos el momento de la terapia. Estas aplicaciones son especialmente importantes en las personas que presentan problemas de sociabilidad, depresión o ansiedad, porque contribuyen a disminuir la sensación de soledad y a abrirse a los demás”.
Los perros también son utilizados para el acompañamiento del ejercicio físico de los mayores. “Pueden ser una excusa para obligar a moverse a las personas que necesitan rehabilitación física o que tienen un deterioro en su motricidad, algo que puede estimularse, por ejemplo, acariciando o cepillando a los perros. También se ha demostrado que favorecen el trabajo de la memoria, aumentan la capacidad de prestar atención y aportan calma. Incluso en pacientes con problemas cardiacos se ha demostrado que cuidar y mimar a una mascota puede contribuir a disminuir la tensión arterial”.
Los resultados en cuanto a mejora de calidad de vida cuando se adopta un perro o un gato, son verdaderamente asombrosos. El saber que un ser vivo depende de tí, es una gran medicina para curar la tristeza, la soledad y la baja estima.
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